Durante el encuentro, especialistas nacionales e internacionales, de diversas disciplinas y sectores, discutieron sobre cómo el estudio del cerebro se vincula con importantes contextos sociales y políticas públicas en el país. En esta instancia, además, fue presentada la nueva iniciativa de Neuroética de la Universidad de Chile.
El evento fue organizado por el Departamento de Bioética y Humanidades Médicas de la Facultad de Medicina, en conjunto con el Centro de Estudios de Ética Aplicada (CEDEA) de la Facultad de Filosofía y Humanidades de nuestro plantel. También formaron parte del comité organizador el Centro de Gerociencia, Salud Mental y Metabolismo (GERO), el Centro de Memoria y Neuropsiquiatría (CMYN) y el Hospital del Salvador. Colaboraron con la realización de este encuentro, además, la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo (VID) U. de Chile y la plataforma de colaboración académica entre Chile y Suecia (ACCESS), a través de la participación del Centro de Ética y Bioética de la Investigación de la Universidad de Uppsala.
La actividad, organizada por nuestra corporación desde 2016, contó con la participación de destacados académicos, quienes compartieron experiencias y reflexiones sobre los desafíos éticos y políticos intersectoriales que surgen de la investigación interdisciplinaria del cerebro y de los hallazgos neurocientíficos. Al respecto, el vicerrector de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile, profesor Enrique Aliste, sostuvo que este “evento es de máxima importancia para los desafíos globales que enfrentamos, los cuales están relacionados con la ética y el cruce entre ciencia y sociedad, donde la neurociencia puede aportar a las políticas públicas de desarrollo en términos de educación, salud y vulnerabilidades. La ética debe atravesar transversalmente nuestro quehacer investigativo para generar estudios responsables para el bienestar material e inmaterial”.
Iniciativa de Neuroética de la U. de Chile
Este seminario también permitió el lanzamiento de la iniciativa de Neuroética de la Universidad de Chile la cual, en palabras del académico de la Facultad de Medicina y organizador del evento, profesor Manuel Guerrero, “pondrá al día a nuestra institución en el escenario local, regional e internacional con una reflexión cuidadosa y argumentada del alcance que tienen los hallazgos neurocientíficos, las implicancias sociales, legales y políticas que tiene la investigación del cerebro humano, así como también el desarrollo de las neurotecnologías”.
La iniciativa busca recoger las preocupaciones que mantienen diversas disciplinas sobre el impacto de las nuevas tecnologías aplicadas al cerebro humano y los desafíos éticos, sociales y políticos asociados. A su vez, busca abordar interdisciplinariamente los hallazgos neurocientíficos con los que se ha interpretado al humano. “Lo que hace la neuroética es abordar que la investigación en cerebro se haga de forma responsable, que las tecnologías que se desarrollan para el uso del cerebro, por ejemplo, para enfermedades neurodegenerativas, hoy tomen en consideración los derechos de las personas, pero también reflexionar sobre las formas en que se ha interpretado al humano”, sostuvo el profesor Guerrero.
En esta línea, gracias también a la colaboración internacional que impulsará el proyecto, durante el 2023 se materializará la implementación de un Curso en Formación General dentro del Magíster en Neuroética de la Facultad de Medicina, y se trabajará también en el objetivo de generar futuras publicaciones científicas con abordajes nacionales e internacionales.
Ciencia para y con la sociedad: investigación interdisciplinaria del cerebro
El primer día de reflexiones sobre los estudios del cerebro humano se realizó en Sala Eloísa Díaz de la Casa Central de la Universidad de Chile. La convocatoria tuvo un carácter interdisciplinar, ya que logró reunir a neurocientíficos, neurobiólogos y neurólogos, pero también a especialistas de las ciencias sociales y humanidades. El objetivo de los debates buscó aportar a la investigación en estas áreas y también abordó la configuración de políticas públicas y tomas de decisión en el país.
De acuerdo al profesor Guerrero, este seminario “buscó establecer un puente para que en nuestro país las políticas públicas estén conformadas por los conocimientos en el área de la ciencia y, al mismo tiempo, que la ciencia tenga sensibilidad ante la política pública, de manera que el desarrollo del conocimiento esté con pertinencia y más cerca con la realidad de las sociedades”.
Por su parte, Mauricio Suárez, académico de la Facultad de Medicina de la Casa de Bello, valoró la importancia de estas instancias para la formación de nuevas y nuevos investigadores. “No solo es importante que estudiantes aprendan sobre protocolos de ética, sino que vean cómo las y los científicos pueden aportar a una mayor comprensión del fenómeno moral y contribuir a la reflexión social en democracia. Que vean que el debate moral no es algo externo a su formación, como limitantes u obstáculos, sino que de él depende el futuro de la neurociencia”, aseguró el docente.
Complementando a ambos especialistas, también fueron parte de la jornada inaugural la académica de la Facultad de Medicina, la doctora Andrea Slachevsky; del Centro de Ética y Bioética de la Investigación de la Universidad de Uppsala, Kathinka Evers; y, de forma telemática, el académico de Instituto Pasteur de Francia, Jean-Pierre Changeux.
En su exposición, el profesor Changeux abordó cómo la estructura y funciones del cerebro permiten el surgimiento de normas morales, configurando los posibles entendimientos de respeto y no respeto a otros seres humanos. En esta línea, el docente abordó la importancia de la educación y políticas públicas efectivas en las etapas formativas de las personas, como herramientas de reducción de violencia en etapas más adultas y la generación de empatía por parte de la sociedad.
Por su parte, la docente de la Universidad de Uppsala expuso sobre la necesidad de una conciencia política en la ciencia y en la neuroética. Así, la especialista sostuvo que, sin claridad en estos abordajes, la sociedad se enfrenta a riesgos científicos que generen repercusiones negativas en el desarrollo de las comunidades, por lo que es importante fomentar la neuroética para la comprensión de contextos sociales y políticos en los que se desarrolla y aplica la investigación neurocientífica.
La segunda jornada se realizó en dependencias del Centro de Memoria y Neuropsiquiatría (CMYN) de la Facultad de Medicina ubicado en el Hospital del Salvador, ocasión que contó con la participación del decano de nuestro plantel, doctor Miguel O’Ryan.