Según explica la profesora Paula García, a cargo de esta iniciativa, el encuentro convocó a 45 estudiantes organizados en más de una decena de grupos, con el fin de que “integren y apliquen los aprendizajes de la línea básica de alimentos vistos en asignaturas anteriores, tales como Alimentos I y II, Técnicas Culinarias I, Tecnología de Alimentos, y de otras que están actualmente en curso, como Técnicas Culinarias II y Dietética, cerrando este ciclo básico de manera significativa con su quehacer profesional futuro, diseñando y elaborando un alimento o producto alimentario innovador desde su creación y preparación hasta su empaque y etiquetado”.
Para esto, añade, a cada grupo se le asigna un público objetivo al cual su producto deberá beneficiar; por ejemplo, embarazadas, niños, adultos mayores, trabajadores, con intolerancias a algún ingrediente, deportistas o cualquier otro grupo poblacional con requerimientos especiales. Así, los estudiantes aplican lo aprendido y crean un producto que “cada año va mostrando diferentes matices. En esta oportunidad vimos bastante uso de ingredientes nativos, como el cochayuyo o el maqui, y preocupación por envoltorios sustentables”.
Los productos son evaluados a lo largo del semestre y en varias fases desde su creación hasta su exhibición en la feria, donde además son analizados por un jurado compuesto por académicos de la carrera y expertos de las áreas gastronómica y empresarial, momento en el que analizan con los estudiantes las características y propiedades nutricionales de sus creaciones. “La idea es que ellos se atrevan a innovar y, a lo mejor a futuro, crear su propio emprendimiento en base a esto. Por eso es que quisiéramos, más adelante, ver cómo darles las herramientas para que puedan hacerlo, desde lo económico incluso”, finaliza la docente.