En esta cuenta pública, la doctora Suau agradeció el compromiso demostrado por académicos y personal de colaboración de su unidad durante los dos años de trabajo y formación a distancia, para luego ahondar en distintos desafíos como el retorno de los internados en el 2020 –y la correspondiente redistribución a resultas del incendio que afectó al Hospital San Borja Arriarán en enero de 2021-, la integridad académica y las evaluaciones no presenciales, entre muchos otros. Además, se refirió a las gestiones el torno al aumento de cupos de ingreso a su carrera, que llegó a 270 vacantes totales en el 2021 y luego al trabajo en torno a la distribución en campos clínicos.
“Los objetivos de hacer esta cuenta pública fueron varios: en primer término, acercar nuestra escuela a los departamentos e institutos donde pertenecen los académicos que hacen la docencia, porque son unidades que nos ven con cierta lejanía, y ahora encuentran en nosotros a un equipo que también los puede ayudar cuando sea necesario. Luego, me parece que, habiendo terminado la pandemia –periodo de crisis durante el cual nos tocó asumir- teníamos que cerrar un ciclo, para plantearnos de aquí en adelante nuevos desafíos”, dice la académica.
Pero además, añade que otro factor relevante fue la “transparencia: como escuela hacemos la docencia a través de otros, y tenemos que dar cuenta ante ellos, que nos ayudan a cumplir nuestra misión”. Por último, “y gracias al proceso de acreditación en el que estamos, como equipo de dirección pudimos conocer la historia de los últimos 15 años de esta escuela, en todo lo que se ha hecho desde la innovación curricular hasta el día de hoy. Lo que hemos hecho en esta gestión es gracias a los avances que hicieron los que nos precedieron”.
Así, relevó lo que fue la reciente incorporación de dos cargos al grupo directivo luego del período de restricción presupuestaria, lo que permitió que ella, junto al doctor Felipe Carrillo, subdirector de la escuela, pudieran abocarse al proceso de acreditación. “Se sumaron a un equipo que trabaja en base a algo muy bonito que es el cariño. Eso da un espíritu y ganas de seguir. Y el otro motor son nuestros estudiantes, los protagonistas de este proceso, con quienes estamos alineados en el diálogo”. En ese sentido, agrega, en base a una “escucha activa y al diálogo hemos podido establecer protocolos para solucionar junto con ellos problemas como los referidos a casos puntuales de integridad académica o los llamados a movilizaciones estudiantiles”.
Finalmente, anunció que durante el primer semestre de 2023 tendrán lista la primera memoria de la Escuela de Medicina, que cubrirá el periodo 2016-2022, “la que, junto al proceso de acreditación, nos permitirá contar una historia para quienes nos sucedan. Y otro gran hito ha sido la consolidación de una estructura formal de la Facultad de Medicina para apoyar estas acreditaciones o certificaciones, en cuanto a centralizar y estandarizar los datos, el cual lidera Andrea Aedo en la Unidad de Aseguramiento de la Calidad de la Dirección Académica, que va a ser fundamental durante el acompañamiento de estos procesos en las escuelas”.