En la ceremonia estuvieron presentes el decano de la Facultad de Medicina, doctor Miguel O’Ryan; la directora académica, doctora Ulrike Kemmerling; el director del IDIMI, doctor Claudio Villarroel; el jefe del Programa de Endocrinología Infantil del IDIMI, doctor Fernando Cassorla; el doctor Germán Iñiguez; la representante de Pfizer, Ana María Karachón; la esposa del doctor Francisco Beas, Mariana Arancibia; familia, amigos y colegas del doctor Francisco Beas.
El doctor Germán Iñiguez, académico del IDIMI y quien fue alumno, compañero, colega y amigo del doctor Francisco Beas, fue el encargado de abrir la ceremonia. Durante su discurso, realizó un resumen de los aportes del doctor Beas al desarrollo de la pediatría y a la llegada de la endocrinología infantil como subespecialidad médica a nuestro país: “El doctor Francisco Beas fue un importante endocrinólogo infantil, pionero en la materia en Chile y en la Latinoamérica, y también fue investigador, siempre buscando respuestas del por qué los niños crecen como crecen, y buscando nuevos tratamientos para los casos de talla baja”, señaló.
Asimismo, relevó algunos de los reconocimientos que recibió el doctor Francisco Beas durante su carrera: “El doctor Beas fue reconocido como profesor emérito de la Universidad de Chile en 2005. Posteriormente fue nombrado socio honorario de la Sociedad Chilena de Endocrinología y Diabetes, en el año 2012. Finalmente, durante el congreso organizado justamente por esta misma sociedad el año 2022, el salón de pediatría recibió el nombre del doctor Francisco Beas. Estos son sólo algunos de sus reconocimientos, en los que me tocó estar presente, y que reconocen la gran labor que realizó a nivel nacional e internacional”.
El doctor Germán Iñiguez finalizó su discurso con emotivas palabras de agradecimiento hacia el doctor Francisco Beas y los presentes: “Siendo en este instante yo el académico de mayor antigüedad en el IDIMI, creo que represento el sentir de todos los que trabajamos con él, muchos de los cuales se encuentran aquí presentes. Es una gran alegría que nuestro auditorio lleve el nombre de aquel que fue nuestro jefe, mentor y amigo”, finalizó.
La ceremonia continuó con las palabras del Jefe del Programa de Endocrinología Infantil del IDIMI, doctor Fernando Cassorla, quien mencionó que “al doctor Francisco Beas todos lo reconocemos como la luz que guió el desarrollo de este instituto”, comenzó.
Asimismo, mencionó que el doctor Francisco Beas “nos pavimentó el camino para que las nuevas generaciones pudiéramos seguir con la labor que él, junto a su equipo, desarrolló durante tanto tiempo, y mantener vigente la idea de que hay detrás de este instituto”.
Finalmente, el doctor Fernando Cassorla reflexionó acerca de que “uno de los axiomas más difundidos sobre la educación superior, es que las instituciones valen más por la calidad de las personas que la componen, que por la infraestructura en la que están cobijados. Yo creo que la inauguración de este renovado auditorio demuestra que es posible alcanzar un justo equilibrio entre estos dos importantes aspectos de nuestro quehacer académico”, concluyó.
El siguiente en tomar la palabra fue Pablo Beas, hijo menor del doctor Francisco Beas, quien recordó la faceta más familiar y paternal del doctor, además de agradecer el cariño, respeto y admiración del IDIMI hacia su padre, por la inauguración del auditorio: “Al papá le encantaba la poesía, y siempre me decía «Pablito clavó un clavito, ¿Qué clavito clavó Pablito?» Hoy día, papá, te puedo decir que el clavito que puse es el que está allá afuera, donde dice «Auditorio profesor doctor Francisco Beas Franco», muchas gracias”.
Posteriormente, la representante de Pfizer, Ana María Karachón tomó la palabra y comentó que, cuando se le solicitó patrocinio para renovar y equipar el auditorio “para nosotros la conversación nunca fue qué se requería, sino el para qué. Para responder esto, como compañía reconocimos la trayectoria de excelencia que tiene el IDIMI, y el aporte que constituye para muchas familias de nuestro país y para Latinoamérica. El renovar este auditorio es, más que sólo traer tecnología, es generar una apertura para que pasen cosas más virtuosas, porque la investigación que se hace aquí tiene el mismo propósito de nuestra compañía, que es generar innovaciones que cambien la vida de los pacientes”, sentenció.
Asimismo, añadió que “como equipo Pfizer, hoy nos vamos contentos, emocionados y agradecidos por poder ser parte de este nuevo espacio de aprendizaje”.
El encuentro continuó con la intervención del decano de la Facultad de Medicina, doctor Miguel O’Ryan, quien mencionó que “lo que hoy estamos conmemorando es a uno de los próceres que han ido forjando la historia de nuestra universidad, una persona que se ha destacado dentro de grandes hombres por las razones que se han expresado hoy, y que finalmente le dan fuerza y valor a ceremonias como esta, porque necesitamos conmemorar a nuestros grandes hombres para nuestro presente y futuro”.
En ese contexto, señaló que “durante toda su trayectoria, el doctor Francisco Beas incluso venía los sábados acá, aunque nadie le estaba pagando por eso. Él no estaba pidiendo recursos, él simplemente estaba tratando de aportar al desarrollo de su institución, de su universidad, de su país y de los niño, y lo hizo con las herramientas que hacen a los grandes hombres: trabajo duro, perseverancia, con tesón y les aseguro que con mucha resiliencia”, finalizó.
Para cerrar la ceremonia, tomó la palabra el director del IDIMI, doctor Claudio Villarroel, quien destacó la generosidad del doctor Francisco Beas en la formación y desarrollo del IDIMI: “el doctor con su generosidad, permitió la llegada de muchos de nosotros al centro, dentro de los cuales está el doctor Luigi Devoto, y la formación de toda la rama de medicina reproductiva volviéndose el IDIMI, el único centro formador del país de reproductólogos hace más de 30 años”.
Sobre esto, añadió que esa misma generosidad “va en el espíritu que tiene este instituto, que tiene una función académica y de investigación, y que trabajamos juntos, como una familia, lo que permite una red de apoyo y crecimiento transversal”.
La ceremonia finalizó con el simbólico descubrimiento de la placa que lleva el nombre “Auditorio Profesor Doctor Francisco Beas Franco”.