El término “función ejecutiva” se utiliza para describir los procesos cerebrales que las personas utilizan para organizarse y resolver problemas. Estos procesos comprenden la capacidad de pensamiento abstracto y de planificar, iniciar, secuenciar, monitorizar y detener el comportamiento complejo.
El trastorno asociado al deterioro cognitivo de este tipo de funciones se denomina disfunción ejecutiva. Los pacientes que la padecen, a menudo tienen problemas para realizar actividades diarias, esto porque el deterioro de estas funciones tiene consecuencias directas sobre la voluntad, el juicio y la planificación, lo que produce pérdida de autonomía, dado que, tareas diarias que parecen ser tan habituales, como vestirse, se les dificultan de sobremanera.
Además de lo anterior, la disfunción ejecutiva produce una serie de dificultades para adaptarse al contexto social de forma adecuada, dentro de las cuales se encuentran la poca flexibilidad, intolerancia a los cambios, bajos o nulos niveles de inhibición, entre varios otros. “Los pacientes con disfunción ejecutiva presentan problemas para tomar decisiones simples, incapacidad para leer las reglas implícitas y explícitas de la sociedad, y múltiples complicaciones para adaptarse al entorno”, señaló la doctora Andrea Slachevsky.
La disfunción ejecutiva es un padecimiento común a la mayoría de las patologías neurológicas y psiquiátricas, tales como, los accidentes cerebrovasculares (ACV), la esquizofrenia, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el Alzheimer, y lesiones cerebrales múltiples como el traumatismo encéfalo craneano (TEC), entre otros.
Pero, a pesar de su recurrencia, las herramientas diagnósticas actuales no son del todo efectivas. La doctora Andrea Slachevsky explicó que “los test que se utilizan hoy en día para evaluar a los pacientes con síntomas que podrían indicar presencia de disfunción ejecutiva, carecen de la precisión necesaria para entregar un diagnóstico adecuado”, señaló.
Esto se produce porque “los test vigentes dependen demasiado de la capacidad diagnóstica del doctor. Entonces, aquellas personas que presentan menores niveles de gravedad, si no tienen la fortuna de atenderse con profesionales altamente experimentados, no reciben el tratamiento adecuado, e incluso, son diagnosticados como aptos, cuando realmente, les cuesta desenvolverse de forma normal en su vida cotidiana”, recalcó la doctora Slachevsky.
Los pacientes con deterioro en las funciones ejecutivas no siempre presentan deterioro en la memoria u otras áreas cognitivas asociadas. Por esto, es relativamente frecuente que, al momento de evaluar al paciente, se cometa el error de descartar la existencia de disfunción ejecutiva al no detectar déficit de memoria.
La doctora Andrea Slachevsky comentó que por estas razones surgió la necesidad de crear una nueva herramienta “que permita objetivar de forma efectiva los déficit ejecutivos, para así generar diagnósticos más adecuados que permitan entregar tratamientos eficaces y acordes a las necesidades individuales de cada paciente”.
Asimismo, agregó que “para lograr esto, junto con el equipo multidisciplinario de profesionales e investigadores que conforman este proyecto, llegamos a la conclusión de que la mejor opción era desarrollar una plataforma de videojuego que permitiera simular de forma realista la vida cotidiana de los usuarios”.
Para cumplir este objetivo “nos aliamos con la empresa de videojuegos 4ha Games Studio, quienes han sido responsables de desarrollar el videojuego, que actualmente estamos ocupando para la fase de prueba clínica”, señaló la doctora Slachevsky.
Este FONDEF IDEA es el tercer proyecto que se ha adjudicado el equipo de investigadores a cargo de la doctora Slachevsky: “Partimos esta idea de generar un nuevo test en formato videojuego cuando nos ganamos un financiamiento CORFO, donde nos dedicamos principalmente a la construcción y contenido del test/juego”, señaló la neuróloga.
Con el primer FONDEF que se adjudicaron, comenzaron la etapa de desarrollo de la plataforma: “Nuestra idea inicial era incorporar la realidad virtual como elemento principal del test, pero nos dimos cuenta que es una herramienta aún muy poco explorada, por lo que resultó poco intuitiva y de difícil acceso, así que descartamos esa opción”, explicó.
Luego de descartar la realidad virtual, “optamos por la tecnología táctil, gracias a su versatilidad en la interacción con los pacientes, además de la cercanía de esta tecnología con el público general. Sin embargo, con las pruebas realizadas, nos dimos cuenta de que los resultados difieren de lo que pensábamos, por lo que, probablemente, nos quedemos con el clásico mouse”, comentó la doctora Slachevsky.
El proyecto actual, que corresponde al segundo FONDEF adjudicado a esta investigación, consiste en el proceso de evaluación y análisis de los datos obtenidos en las pruebas clínicas, tal como mencionó la doctora Andrea Slachevsky: “Actualmente estamos desarrollando el algoritmo que nos permita evaluar de la forma más adecuada posible, el desempeño de los pacientes en el juego, y a la vez, estamos observando el nivel de validez que alcanza nuestro test para detectar trastornos en las funciones ejecutivas”, describió.
Las pruebas se están realizando en colaboración con la Mutual del Trabajador, en pacientes con Traumatismo Encéfalo Craneano (TEC), y personas con secuelas post Covid-19. La doctora Andrea Slachevsky mencionó que: “Hay pruebas científicas que demuestran que pacientes que tuvieron un cuadro grave de Covid-19, post recuperación, presentaron deterioro cognitivo asociado a las funciones ejecutivas. Por eso estamos probando el videojuego en pacientes con TEC, que muchas veces presentan disfunción ejecutiva post traumatismo, y pacientes con secuelas de Covid-19, que aún está en proceso de investigación”.
Debido a que la investigación aún se encuentra en curso —en la etapa de pruebas clínicas—, la doctora Andrea Slachevsky no pudo revelar el contenido auténtico del test, pero sí señaló que el juego consiste en una escena que simula, de la forma más verídica posible, una situación cotidiana: “La pantalla muestra, por ejemplo, a un vendedor que es dueño de un almacén, y que tiene que realizar diversas tareas, tales como clasificar y reponer productos, interactuar con clientes que reaccionan de variadas formas a la atención —enojados, conformes, confundidos—, cocinar ciertos alimentos, entre varias otras”, describió.
Asimismo, destacó que “la idea principal del juego es evaluar la capacidad de acción, toma de decisiones y actuar del paciente frente a situaciones que requieren adaptación al contexto”, finalizó.
Se pretende que, a corto plazo “podamos probar este test a mayor escala para así analizar su validez en mayor profundidad, y posteriormente, perfeccionarlo para que, en un futuro, pueda ser aplicado de forma masiva a todos los pacientes con patologías neurológicas, que requieran una evaluación de secuelas cognitivas”, concluyó la doctora Andrea Slachevsky.