“Y no es que no existan más mujeres hemodinamistas en el país”, explica la doctora Cataldo. De hecho, añade, son seis, de las cuales tres se formaron en otro país, y dos se han especializado mediante la práctica profesional. Por eso ella es la primera mujer que ha completado el programa de formación en Cateterismo Cardíaco y Cardiología Intervencional que imparte la Facultad de Medicina, siendo así la primera “hemodinamista” titulada de la Universidad de Chile.
¿Qué es la cardiología intervencional o hemodinamia? Es una subespecialización de la cardiología que se enfoca en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades del corazón a través de procedimientos mínimamente invasivos, en lugar de recurrir a cirugías abiertas. “Cuando ingresé a Cardiología jamás pensé en ser hemodinamista, al contrario. Le tenía mucho respeto y “terror”. Son profesionales que están sometidos a trabajar con radiación de forma constante, lo que en el fondo para las mujeres es una brecha, porque si se quiere tener hijos es una situación que supuestamente se debe evitar”.
Luego, añade, “también porque es un especialista muy requerido, que tiene que estar a disposición de llamados y de largos tiempos en pabellón, lo que hace que la vida familiar sea un poco más difícil de equilibrar. Y tercero, porque es un mundo que está lleno de hombres; de hecho, está súper estudiado de que a nivel internacional es así, no es sólo en Chile. Es una brecha de género tan grande en la cardiología intervencional, que existen diferentes organizaciones que trabajan para que eso no suceda; por ejemplo, en Estados Unidos hay un grupo de mujeres que tratan de generar mayores oportunidades para que las doctoras en esta disciplina puedan alcanzar un equilibrio”.
¿Qué la hizo cambiar en su decisión? “Cambió cuando conocí la especialidad, cuando entré al equipo que siempre tuvo una recepción 100% hacia mí, apoyándome e impulsándome plenamente”
“Sí, nosotras podemos”
“Mujeres en Cardiología Intervencional: yes, we can!” es el nombre de la carta al editor que fue publicada durante en la Revista Médica de Chile el 2023. En dicho artículo –que coescribió con la doctora Roxana Mehran, del Departamento de Cardiología Intervencional del Hospital Monte Sinaí de Nueva York, “es la cardióloga intervencional más importante del mundo”, añade-, investiga y expone que “los datos de diversidad de género en cardiología intervencional son extremadamente limitados. En un estudio realizado en Estados Unidos por el grupo Women in Innovations (WIN) se encontró que las mujeres representaban solo el 4,5% de los cardiólogos intervencionales y realizaban menos del 3% de los procedimientos. En Chile no encontramos estudios ni publicaciones al respecto”.
El texto continúa señalando las barreras que deben sortear las mujeres que deseen formarse y luego trabajar en esta especialidad, como son la ya mencionada exposición a la radiación, la licencia por maternidad y la casi consecuente discriminación por género. Para que esta situación cambie, dice la doctora Cataldo, “es necesario que los colegas hombres se informen, entiendan y nos apoyen. Existe poca información al respecto, por ejemplo, de lo más básico: la radiación y el embarazo; de hecho, probablemente pocos hemodinamistas saben bien cuáles son las normas actuales al respecto. En Norteamérica y en Europa son mujeres quienes hacen estas guías o recomendaciones; creo que los hombres también tienen que empoderarse de que es necesario hacer estos cambios. La mayoría del personal de salud que trabaja con ellos son mujeres”.
Incluso en términos de las investigaciones clínicas que se realizan en la especialidad, agrega la doctora Cataldo, “la mayoría se hacen sólo con participación de varones, básicamente porque no se puede incorporar a esos estudios a embarazadas o mujeres en posibilidad de gestación, por la radiación; por lo tanto, cualquier cosa que se quiera probar las mujeres están fuera. Y eso es complejo cuando, sobre todo, la enfermedad cardiovascular en nosotras es muy diferente a la del hombre”. Por suerte, señala, “las nuevas tecnologías también nos han ayudado a entender estas diferencias para poder darle a las mujeres respuestas consistentes con respecto a patologías que antes no entendíamos, y eso es muy útil porque antes, sin esa información, no se podía llegar a un diagnóstico; ahora se van con una respuesta y también con un tratamiento. Uno tiene que recordar que todas las enfermedades, pero en especial las cardiovasculares, generan mucho temor porque están relacionadas a la muerte y, aparte de eso, la gente deteriora su calidad de vida porque si le duele el pecho cuando quiere hacer algo, no lo va a hacer”.
Desarrollando nuevo conocimiento
La doctora Cataldo cuenta que en el Instituto Nacional del Tórax cuentan con equipo tecnológico y profesional de punta para la realización de trasplantes, el tratamiento de cardiopatías congénitas del adulto y la cardiología intervencional. “Siempre hemos sido innovadores, incluso como centro de investigación, probando nuevos dispositivos a nivel mundial, así que en realidad somos de los primeros a nivel latinoamericano. Y eso es importante si pensamos que en la cardiología y la cardiología intervencional el desafío es constante, porque estamos frente a una población más añosa, que llega más enferma y más frágil; por lo tanto, el someterlos a cirugías cardíacas se hace más complejo y de manejo más difícil”.
Por otra parte, añade, “la gente cuida mal su salud, nos alimentamos mal, somos sedentarios y eso hace que lleguemos a tener patologías muy complejas a edades muy tempranas, lo que a nosotros nos lleva a la visión y la misión de buscar cómo ayudarlos hoy y a anticipar lo que podría suceder en un tiempo más, porque por ejemplo no es lo mismo ponerle un stent a una persona de 80 años que a una de 40, porque sabemos que este tiene una expectativa de vida mucho mayor por delante y que probablemente va a volver. Y, aparte de eso, la medicina ha ido evolucionando y patologías que antes estaban fuera de manejo médico, porque no existían los dispositivos, ahora sí existen, entonces aumenta la población que uno ya puede tratar, lo que aumenta nuestros potenciales pacientes”.
Dentro de ese marco, dice la especialista, “creo que este instituto siempre ha sido innovador, capaz de mirar al futuro, buscando nuevas opciones terapéuticas para nuestros pacientes y sobre todo porque por mucho que seamos un centro de referencia nacional, seguimos siendo un centro público y todos estos tratamientos son de alto costo. Pero hemos contado con apoyo económico constante de jefaturas y autoridades, por lo que creo que hoy el Instituto del Tórax es mejor que la mejor clínica del país”.
En ese ambiente, ha podido realizar diferentes investigaciones, “revisiones sistemáticas para se conozca lo que hacemos, como también otros artículos; en particular, el que se refiere a “Consecuencias de la pandemia COVID-19 en la reperfusión y pronóstico del infarto de miocardio”, Eso ha sido posible porque nuestro equipo funciona como un engranaje, y mi rol en investigación siempre se ha entendido y se ha potenciado”.