El encuentro se realizó el 6 de noviembre de 2025, encabezado por el director del departamento convocante, doctor Rodolfo Villena, quien al dirigirse a la doctora Salgado señaló que “queremos darle un justo reconocimiento, probablemente mínimo comparado con toda la contribución que usted ha hecho por generaciones a los equipos que hemos trabajado ligados a la salud y a la universidad”.
Así, recordó que la doctora Salgado desarrolló paralelamente su carrera académica y asistencial, vinculada desde hace más de 50 años a la Facultad de Medicina, donde se formó y luego contribuyó a la formación de innumerables generaciones de médicos y especialistas. “Quienes fuimos sus alumnos y luego tuvimos el honor de ser sus colegas aprendimos de ella no sólo los conocimientos vinculados a la hematooncología, sino que también por su vinculación con sus pacientes y con sus equipos de trabajo”. En ese mismo sentido, dio a conocer una serie de sentidos saludos que le hicieron llegar colegas como los doctores Ricardo Zubieta, Selim Abara, María Teresa López y Rebeca Paiva, entre otros.
Posteriormente, se dirigió a la doctora Salgado la doctora Inés Araneda, directora del Hospital Exequiel González Cortés, quien destacó que “tenemos todo un recuerdo de cómo Carmen fue la creadora del Servicio de Oncología; partimos en un lugar que se llamaba sala de corticoides y ahora es un tremendo servicio, con unas instalaciones excelentes que crecido cada vez más, dando paso a nuevas técnicas y tratamientos para los niños, mejorando tremendamente la sobrevida de los pacientes oncológicos”.
A ello, agregó que la doctora Salgado dio pie para que dicho hospital fuera centro de referencia de pacientes provenientes de la sexta región y, “como nos enseñó ella, hemos seguido abriendo puertas: pronto inauguraremos el primer centro de radioterapia infantil de Latinoamérica. Estamos en un nivel extraordinario en la oncología pediátrica, con muy buenos resultados, gracias a la gestión de Carmen, que partió con muy precarias condiciones. Estamos realmente agradecemos por todo el camino que hiciste en el hospital y la huella que dejaste”.
A continuación, la doctora Andrea Mena, directora clínica de la Facultad de Medicina e integrante del cuerpo académico del Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Sur, recordó que la doctora Salgado fue parte de su formación profesional, pero también destacó lo que fue su contribución participando de la creación del Programa Nacional de Drogas Antineoplásicas Infantil, PINDA, del Ministerio de Salud. Por ello, y por toda su dedicación a la docencia, que ejerció a lo largo de toda su carrera, le manifestó una enorme gratitud en nombre de nuestro plantel. En el mismo sentido, la doctora Thelma Suau, directora de la Escuela de Medicina, relevó a la homenajeada como “una maestra que deja huellas” y cuyo legado de conocimientos y humanidad en el trato a los pacientes y sus familias “tenemos que pasarnos como un “testigo” a las siguientes generaciones”. También se dirigieron a los presentes para relevar el aporte de la doctora Salgado las doctoras Verónica Oyarce y Michelle Drago, también del Hospital Exequiel González Cortés.
Siempre dispuesta a apoyar
Por último, la doctora Salgado se manifestó muy emocionada por el homenaje recibido, recordando que “tuve la suerte de ejercer mi carrera profesional en este querido hospital y en este departamento, donde me dieron la oportunidad para, además de desarrollar la especialidad que siempre me ha apasionado que es la hematooncología infantil, hacer muchas actividades con los alumnos de pregrado de medicina, con los becados de Pediatría y donde he conocido excelentes docentes y profesionales, muchos de los cuales fueron alumnos míos”.
Agregó que “haber empezado la especialidad de oncología en este hospital fue un gran desafío porque, tal como les dijo la doctora Araneda, en realidad no teníamos ni las herramientas ni todos los conocimientos que existen en este momento para poder otorgar el mejor tratamiento a nuestros niños. Todavía recuerdo y tengo presente muchas de las caritas de mis pacientes, sus nombres, a los que no les pudimos ofrecer un mejor tratamiento, pero que para mí fueron una enseñanza. Afortunadamente en los últimos años, por todos los estudios de investigadores y de docentes, ha habido mucho progreso en la medicina y, especialmente, en el cáncer, pues con los avances en biología y genética se han podido realizar tratamientos más efectivos y más personalizados a nuestros pacientes, con el objeto de mejorar su sobrevida y disminuir todos los fenómenos adversos”.
Asimismo, agradeció a su familia y a sus equipos de trabajo en las dos instituciones “con los cuales compartí muchos años de esfuerzo, siempre centrados en el respeto, porque sin ellos no habríamos conseguido esta labor. Sólo les puedo decir que me esforcé por realizar una medicina profesional y siempre teniendo presente entregarla de la forma más humana. Seguiré tratando de mantenerme al día, leyendo artículos, incorporándome a las reuniones nacionales e internacionales, y si necesitan algún apoyo o consejo sepan que siempre voy a estar dispuesta a ayudar, porque para mí realmente han sido gran parte de mi vida”.