El evento, organizado por el Departamento de Nutrición de la Facultad de Medicina, junto a la Escuela de Salud Pública y el Grupo Transdisciplinario para la Obesidad de la Población (GTOP) de la Universidad de Chile, contó con la participación de dos invitadas internacionales: las profesoras Ines Rugani y Daniela Capella, ambas académicas de la Universidad Estatal de Río de Janeiro, Brasil.
También estuvieron presentes el profesor Rodrigo Valenzuela, director del Departamento de Nutrición de nuestra facultad; la doctora Lorena Rodríguez, directora de la Escuela de Salud Pública e investigadora asociada del proyecto; la profesora Patricia Gálvez, investigadora principal del proyecto; el profesor Daniel Legaña, director alterno del mismo; representantes del Ministerio de Salud (MINSAL); seremis; académicos y académicas de la Facultad de Medicina.
“Es un gusto recibirles en esta instancia de investigación, extensión y reflexión colectiva”, afirmó la doctora Lorena Rodríguez, quien fue la encargada de dar la bienvenida al encuentro. “Esta es una oportunidad para abordar la complejidad de los ambientes alimentarios, desde las distintas perspectivas académicas, pero también con miras a traducir estas reflexiones en políticas públicas que realmente impacten en la vida de las personas”, agregó.
Por su parte, el profesor Rodrigo Valenzuela mencionó: “La alimentación es un tema crucial para la salud y el bienestar de nuestras poblaciones. Hoy en día enfrentamos desafíos serios como el sobrepeso y la obesidad, los cuales están directamente relacionados con nuestros entornos alimentarios. Este seminario nos invita a buscar soluciones que promuevan cambios significativos en los hábitos alimentarios de la población”, afirmó.
Políticas públicas de seguridad alimentaria y ambientes alimentarios
La primera expositora del evento fue la profesora Inés Rugani, quien es nutricionista, con magíster y doctorado en salud pública. Actualmente, se desempeña como profesora asociada en la Universidad del Estado de Río de Janeiro, donde coordina el Centro de Alimentación y Nutrición en Políticas Públicas. Además, es profesora permanente en el programa de posgrado en Alimentación, Nutrición y Salud. La profesora Rugani también coordina el Observatorio Brasileño de Conflictos de Intereses en Alimentación y Nutrición, y representa a la Asociación Brasileña de Salud Pública (ABRASCO) en el grupo directivo de la Alianza para una Alimentación Adecuada y Saludable, así como en el Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional.
Durante su presentación titulada “Políticas públicas de seguridad alimentaria y ambientes alimentarios”, la profesora Rugani habló sobre la importancia de los ambientes alimentarios como mediadores entre las cadenas alimentarias y las decisiones alimentarias de las personas: “Los ambientes alimentarios no son solo contextos físicos, sino también económicos, políticos y socioculturales”, lo que los convierte en elementos clave para entender cómo se conectan la producción, el abastecimiento y el consumo de alimentos. “Esta visión es esencial para la formulación de políticas de seguridad alimentaria, ya que permite articular soluciones que aborden los diversos factores que influyen en la disponibilidad y el acceso a alimentos saludables”, agregó.
La profesora destacó que en Brasil, la seguridad alimentaria y nutricional se concibe como el derecho de todas las personas a acceder a alimentos de calidad en cantidad suficiente, sin comprometer otras necesidades esenciales: “Este enfoque no solo incluye la nutrición, sino también la salud, la sostenibilidad cultural y la diversidad, lo que nos lleva a hablar de seguridad alimentaria y nutricional desde una perspectiva integral”, explicó. A pesar de los grandes desafíos que Brasil enfrentó entre 2019 y 2022 debido al desmantelamiento de políticas públicas y el aumento de la inseguridad alimentaria, la académica de la Universidad Estatal de Río de Janeiro destacó que la situación ha mejorado significativamente desde el cambio de gobierno, con una reducción notable de la inseguridad alimentaria grave.
La profesora presentó la estrategia “Alimentos en Ciudades”, una iniciativa innovadora que integra políticas públicas para promover la seguridad alimentaria en contextos urbanos, particularmente en zonas periféricas y vulnerables: “Esta estrategia busca priorizar las áreas urbanas más afectadas por la inseguridad alimentaria, reconociendo que el entorno urbano presenta desafíos únicos para garantizar el acceso a alimentos saludables”, comentó. Esta iniciativa utiliza el enfoque de los ambientes alimentarios como uno de sus ejes estructurantes, y está diseñada para mejorar la oferta y accesibilidad de alimentos saludables, reduciendo la dependencia de productos ultraprocesados.
La profesora Inés Rugani también compartió los resultados de estudios realizados en Brasil sobre desiertos alimentarios y pantanos alimentarios, áreas donde la disponibilidad de alimentos saludables es limitada: “En nuestros estudios, encontramos que una de cada tres personas en Brasil vive en zonas de desiertos alimentarios, mientras que muchas más residen en zonas de pantanos alimentarios, donde predominan los alimentos no saludables”, explicó. Estos hallazgos subrayan la necesidad de intervenciones que transformen los sistemas alimentarios urbanos y promuevan el acceso a alimentos frescos y nutritivos.
La profesora también puso énfasis en la importancia de la cooperación intersectorial y la articulación entre diferentes sectores del gobierno y la sociedad civil: “La estrategia no es solo una cuestión de política pública, sino de fortalecer la gobernanza local y el control social para asegurar que las políticas de seguridad alimentaria lleguen a todos, especialmente a las comunidades más vulnerables”, destacó.
En conclusión, la profesora Inés Rugani subrayó que el objetivo de la estrategia es promover un ciclo virtuoso de articulación intersectorial y que, a largo plazo, permita a Brasil avanzar hacia un modelo de alimentación adecuada y saludable que sea sostenible, inclusivo y resiliente: “Queremos garantizar que todas las personas, especialmente los más pobres, tengan acceso a alimentos dignos, como se dice en Brasil, alimentos de verdad”, concluyó.
Políticas públicas en ambientes alimentarios organizacionales en Brasil
Ese es el título de la presentación realizada por la segunda expositora del evento, la profesora Daniela Canella, quien es nutricionista con maestría y doctorado en nutrición y salud pública. Actualmente, se desempeña como profesora asociada en la Universidad del Estado de Río de Janeiro, donde es profesora permanente en el programa de posgrado en Alimentación, Nutrición y Salud, y coordina el Observatorio de Obesidad. Fue parte del equipo técnico responsable por el desarrollo de las Guías Alimentarias Brasileñas. Sus principales áreas de interés incluyen los determinantes y consecuencias de la obesidad, los ambientes alimentarios, los alimentos ultraprocesados y las políticas públicas en alimentación y nutrición.
En su exposición, la profesora Daniela Capella habló sobre la importancia de los ambientes alimentarios organizacionales y cómo las políticas públicas pueden influir en ellos: “El ambiente alimentario institucional y organizacional se refiere al lugar donde se venden o proporcionan alimentos a los trabajadores, estudiantes y otros miembros dentro de instituciones y organizaciones, como universidades, empresas y escuelas. Es crucial no reducir la definición de estos ambientes a la disponibilidad de alimentos, sino también considerar otros factores como la accesibilidad financiera, la calidad de los alimentos, la promoción de hábitos saludables y la infraestructura del lugar”, comenzó.
A lo largo de su presentación, la profesora Capella destacó que, aunque la disponibilidad de alimentos es un aspecto clave, también es necesario incluir aspectos como “la accesibilidad financiera, calidad, promoción, infraestructura y la aceptabilidad del lugar” al evaluar estos ambientes. En este sentido, compartió ejemplos de políticas en universidades brasileñas que buscan mejorar la alimentación en el entorno académico, donde destacó que “la existencia de un espacio en el ambiente organizacional con alimentos saludables y bajos precios apoya a las personas a tener una mejor alimentación”. Sin embargo, también señaló que el restaurante universitario, aunque es un componente clave en el ambiente alimentario, “no es suficiente por sí solo para garantizar una alimentación saludable para toda la comunidad universitaria”, afirmó.
Además, la académica mencionó el impacto del Programa Nacional de Alimentación Escolar (PNAE) en Brasil, el cual ha mejorado la calidad de la dieta de millones de estudiantes: “Es necesario realizar más investigaciones y estudios sobre la efectividad de estas políticas, especialmente en lo que respecta a la venta de alimentos en las escuelas”, indicó. También resaltó la importancia de regular no solo la disponibilidad de alimentos saludables en las escuelas, sino también controlar la venta de alimentos no saludables, como los ultraprocesados, para garantizar un ambiente alimentario adecuado para los estudiantes.
Finalmente, la profesora Capella hizo hincapié en que, aunque los estudios realizados en Brasil sobre ambientes alimentarios han mostrado resultados alentadores cuando existen políticas disponibles, “es fundamental avanzar en la investigación y el diseño de políticas que sean efectivas en todos los niveles organizacionales”. En este sentido, subrayó la necesidad de tener “políticas públicas más efectivas y enfocadas en la incidencia política para lograr mejoras sustanciales en la salud pública a través de los ambientes alimentarios”, concluyó.
Reflexiones sobre ambientes alimentarios para políticas públicas en Chile
La tercera y última ponencia del evento estuvo a cargo de la doctora Lorena Rodríguez, magíster en nutrición, académica y directora de la Escuela de Salud Pública de la Facultad de Medicina, e integrante del Grupo Transdisciplinario para la Obesidad de las Poblaciones (GTOP).
En su exposición, la profesora Rodríguez habló sobre los desafíos y oportunidades que enfrenta Chile en la construcción de ambientes alimentarios más saludables y equitativos. Desde su perspectiva, destacó la necesidad de fortalecer las políticas públicas y fomentar enfoques intersectoriales: “Más que entregar reflexiones definitivas, quiero proponer elementos que sirvan como insumo para pensar juntos”, señaló al iniciar su presentación.
Uno de los temas centrales que abordó, fue el impacto de la pandemia en la inseguridad alimentaria, especialmente en estudiantes universitarios: “Aunque a nivel nacional la inseguridad alimentaria se exacerbó durante este período, en algunos casos específicos observamos mejoras. Muchos estudiantes, al regresar a sus hogares, pudieron dedicar más tiempo a cocinar y aumentar el consumo de legumbres, algo que contrastó con las opciones limitadas en sus vidas universitarias”, explicó. Sin embargo, subrayó que “las largas jornadas fuera del hogar y la falta de ambientes alimentarios adecuados continúan siendo barreras significativas”.
En cuanto a las políticas públicas, la profesora enfatizó los avances logrados en el país, como la Ley de Etiquetado de Alimentos, que transformó el entorno informativo: “Hoy, el 70% de las personas presta atención a los sellos de advertencia en los alimentos, algo que antes era impensable debido a la complejidad de las etiquetas nutricionales. Incluso los niños pequeños comprenden estos mensajes”, afirmó. No obstante, advirtió que esta ley, aunque innovadora, “no puede ser el único paso; es necesario complementarla con estrategias más integrales”.
La profesora también abordó los retos de implementar enfoques intersectoriales, como los desarrollados en países como Brasil: “En Chile, la intersectorialidad sigue siendo una barrera importante. Es un error pensar que problemas como la obesidad se resuelven simplemente comiendo menos y moviéndose más. Este enfoque simplista ignora los determinantes sociales y comerciales que influyen en la salud”, declaró.
En cuanto a los determinantes sociales y económicos, la profesora presentó hallazgos de un estudio realizado en dos comunas de la Región Metropolitana: “En barrios de menor ingreso, las ferias libres no solo son espacios clave por su bajo costo, sino también por su valor comunitario. En contraste, en comunas de mayores ingresos se priorizan la calidad y el disfrute, con un acceso más frecuente a alimentos frescos y saludables”, detalló. Estas diferencias reflejan cómo las desigualdades socioeconómicas influyen directamente en los ambientes alimentarios y las prácticas alimenticias.
Finalmente, la doctora Lorena Rodríguez hizo un llamado a fortalecer la participación ciudadana y avanzar hacia políticas públicas más inclusivas: “Chile cuenta con políticas robustas y guías alimentarias innovadoras, pero su implementación sigue siendo desigual. Necesitamos enfoques que transformen no solo los entornos alimentarios, sino también las dinámicas sociales que los determinan”, concluyó.
El seminario finalizó con una mesa destinada a comentarios y preguntas para las expositoras, espacio que fue dirigido por la profesora Patricia Gálvez, directora del proyecto. Este encuentro internacional representa un esfuerzo conjunto para comprender y abordar los desafíos relacionados con los entornos alimentarios en Chile, Brasil y otros países de América Latina. Se espera que las discusiones generadas durante el seminario impulsen nuevas estrategias y soluciones que promuevan el bienestar y la salud de las poblaciones.