En una iniciativa pionera en nuestro país, el pasado 24 de enero el Centro de Habilidades Clínicas (CHC) de la Facultad de Medicina, llevó a cabo el cierre del Curso de Formación para Pacientes Simulados, certificando por primera vez a actores profesionales en instancias teóricas y prácticas. La jornada presencial marcó un hito en la enseñanza de metodologías innovadoras en educación médica.
Este curso, aprobado por la Escuela de Posgrado de nuestra facultad “es una instancia inédita para nosotros, ya que es la primera vez que se realiza un curso para pacientes simulados”, señaló la profesora Claudia Arancibia, directora del CHC. “Esta certificación es un paso sumamente importante, tanto para el equipo de actores que trabajan en el CHC como para la calidad educativa que queremos ofrecer a nuestros estudiantes”, añadió.
La cátedra, que consideró un total de 27 horas de estudio en línea y 8 horas presenciales, con actividades en línea sincrónicas y asincrónicas, además de talleres presenciales, fue diseñada no solo para mejorar las habilidades de los pacientes simulados, sino también para proporcionarles una formación formal que les permita desempeñar su rol de manera más efectiva y profesional. “Uno de los aspectos más importantes de este tipo de formación es que los actores entiendan la simulación como una metodología pedagógica, y no solo como una actividad actoral. Ellos desempeñan un papel fundamental como agentes educativos, proporcionando retroalimentación a los estudiantes en habilidades clave, como la comunicación”, destacó la profesora Arancibia.
Los módulos de aprendizaje abordaron desde los fundamentos de la simulación clínica hasta aspectos específicos como la comunicación asertiva y empática, esenciales para los actores que interpretan el rol de pacientes simulados. Además, se proporcionaron herramientas clave sobre el papel del paciente simulado en la formación en salud, la retroalimentación a los estudiantes y la evaluación. La jornada incluyó también talleres prácticos enfocados en la retroalimentación, la coevaluación y la adaptación a situaciones de crisis, como la pandemia de COVID-19.
“Hasta ahora, muchos de nuestros actores tenían experiencia en simulación de manera autodidacta, pero nunca habían recibido una formación sistemática. Este curso les proporciona el conocimiento necesario sobre pedagogía y el valor de su contribución en el proceso de enseñanza”, explicó la profesora Arancibia.
Gracias a esto, “los participantes del curso, todos actores profesionales, ahora cuentan con herramientas y competencias que los posicionan como elementos esenciales en el proceso de formación de futuros médicos y otros profesionales de la salud”, añadió. “Al final, lo que buscamos es que los pacientes simulados puedan brindar un feedback útil y constructivo a los estudiantes, ayudándolos a mejorar su desempeño y preparación para enfrentar situaciones clínicas reales”.
Este curso no solo marca un hito en la formación de pacientes simulados en el país, sino que también sienta las bases para futuras ediciones. Según la profesora, “Esperamos que, gracias a los resultados y la retroalimentación que obtengamos, podamos replicar este curso en el futuro para otros equipos de actores, ampliando esta oferta educativa a más personas interesadas en formar parte de este innovador proceso pedagógico”, concluyó la profesora Claudia Arancibia.