Así lo explicó la doctora Yalda Lucero, gastroenteróloga pediátrica del Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Norte ubicado en el recinto asistencial, quien destaca que esta cápsula es la más modernas del mercado, pues a diferencia de las que ya están en uso en otros centros de salud públicos y privados, “permite una visión en 360 grados de todo el tubo digestivo; la cámara de los dispositivos anteriores sólo tiene un ángulo de visión de 150 grados”.
Normalmente, añade la especialista, para revisar el sistema digestivo, se pueden realizar dos exámenes: “la endoscopía clásica que, mediante la inserción de un tubo, permite ver el esófago, el estómago y los primeros centímetros del intestino delgado. Pero también se puede hacer la colonoscopía, que ingresando desde el ano puede visualizar todo el intestino grueso y los centímetros finales del intestino delgado. En ambos casos, hay cuatro o cinco metros de intestino delgado a los que no se puede acceder con ninguna de estas técnicas; la CapsoCam Plus está destinada a explorar ese segmento, porque facilita una mejor visualización de la superficie de la mucosa del intestino delgado en comparación con otras cápsulas endoscópicas. Por lo mismo, se indica para condiciones bien específicas, como pacientes que tienen anemia y de quienes no logramos determinar el origen de su sangrado; personas con enfermedad inflamatoria intestinal en quienes se debe ver si el intestino delgado presenta daño o no, porque eso fija el tratamiento, y también individuos con poliposis, que son lesiones dentro del intestino que a veces requieren de extracción quirúrgica”.
Según explica, esta es una tecnología que existe hace unos 20 años en el mundo, “pero que en pediatría está en uso desde hace mucho menos tiempo. En nuestro país son pocos los centros que lo ofrecen y, hasta ahora, se hacía sólo en un recinto pediátrico público, el Hospital Luis Calvo Mackenna, usando la tecnología que permite ver sólo hacia adelante y que obliga a que el paciente la complemente portando un dispositivo que recibe las señales y, por lo tanto, debe usarlo durante todo el periodo de registro, lo que aumenta el riesgo de falla por accidente o pérdida”.
CapsoCam Plus, en cambio, es una cápsula endoscópica de 31 milímetros de largo y 11 milímetros de diámetro, totalmente inalámbrica y que puede ser ingerida por vía oral “de forma muy cómoda para el paciente”. Cuenta con cuatro cámaras, iluminación Led y su batería dura aproximadamente 16 horas, lo que asegura la captura de imágenes completas. Se elimina por vía natural, por lo que el paciente o sus cuidadores deben seguir un protocolo para su recuperación en su domicilio, lo que puede ocurrir en un período de entre 8 y 72 horas luego de su ingesta.
¿Es una versión pediátrica de la cápsula?
No, es una cápsula estándar para todos los usuarios, que se puede usar desde los dos años en adelante. En el caso de los niños, cuando no se la tragan, la instalamos por endoscopía, bajo sedación; luego el paciente despierta y se va con su cápsula puesta. De hecho, en nuestro protocolo lo haremos así en el caso de niños hasta los 11 años, y veremos si es que pueden tragarla de forma autónoma en los que son mayores a esa edad.
¿Su uso podría reemplazar endoscopías y colonoscopías?
No, yo diría que son técnicas complementarias, porque los pacientes a los que se podría indicar su uso, habitualmente ya se han hecho endoscopía y colonoscopía previamente; es como una tercera etapa, por lo que no las reemplaza. Además, este método es muy bueno para captar imágenes, pero no permite tomar biopsias, como sí sucede con los otros exámenes. Quizás, dada la duración de la batería, se podrían hacer menos colonoscopías, pero para eso veremos primero los resultados de su uso.
Provechosa alianza
La adquisición de 19 dispositivos CapsoCam fue posible gracias a los fondos disponibles por concepto de overhead del proyecto “Rotavac” —estudio multicéntrico fase III diseñado por académicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile que reclutó a menores a lo largo de todo el territorio nacional con el fin de demostrar la seguridad, eficacia e inmunogenicidad de esta vacuna, en uso desde 2014 en India, su país de origen, para la prevención de los casos graves de rotavirus, enfermedad que afecta principalmente a lactantes—, que lideran los pediatras infectólogos doctores Miguel O’Ryan y Juan Pablo Torres, decano y vicedecano de nuestro plantel respectivamente.
“Como Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Norte, que coordinó el enrolamiento de voluntarios en el Roberto del Río, somos uno de los centros ejecutantes y, por ello, tenemos una alianza bien interesante con la Facultad de Medicina y la empresa auspiciadora de este proyecto. La dirección del hospital nos solicitó que estos recursos se administraran para comprar algún bien de capital o poner en marcha un servicio beneficioso para nuestros pacientes, por lo que propusimos adquirir estas cápsulas endoscópicas, para suplir una necesidad pendiente de la Unidad de Gastroenterología, lo cual fue aprobado por el director de nuestro hospital, doctor Ricardo Pinto”, añade la doctora Lucero.
“Esta alianza docente asistencial, clave para la ejecución del estudio Rotavac, fue la base para generar estos recursos. Pero, además, hay que relevar que las autoridades del hospital estuvieron dispuestas a invertir en algo innovador; a dar un salto al ofrecer una prestación que no estaba disponible y que esperamos sostener en el tiempo. Creo que eso es muy bueno para brindar en el sistema público algo que está disponible para muy pocas personas a nivel nacional”.
A ello, agrega que los 19 dispositivos se entregarán de forma gratuita para los pacientes a los cuales se indique su uso, “y calculamos que nos alcanzarán para dos años de trabajo. Pero queremos que sea una prestación que podamos ofrecer de forma sostenible en el tiempo; es decir, que cuando se nos acaben, el hospital pueda seguir adquiriéndolas en la medida que las necesitemos, pese a su alto costo, que bordea el medio millón de pesos. Entonces vamos a tabular todos los resultados de nuestros pacientes para ver su utilidad y relación costo-beneficio, en cuántos pacientes pudimos aportar un diagnóstico”.
Por último, la doctora Lucero cuenta que en el marco del proyecto Rotavac, aún en desarrollo, terminó su fase de reclutamiento en diciembre de 2024, “y en nuestro centro captamos a 262 voluntarios, que ya recibieron su última vacuna y estamos en período de seguimiento. Pensamos que el análisis de todos los datos que se recojan a nivel de país se dará a conocer durante el 2026”.