En Chile continental a partir de las 00.00 hrs. de este domingo 9 de octubre, los relojes se adelantarán una hora pasando a ser las 01.00 hrs. Sin embargo, este pequeño gesto de ajustar los relojes puede generar alteraciones en el sueño. Madrugadoras “alondras” y trasnochadores “búhos” son los extremos del dormir, cuyo trastorno más común es el insomnio.
Los individuos tienen un reloj biológico que los lleva a tener ciclos durante el sueño que corresponden alternadamente a vigilia y sueño. Estos ciclos se repiten en el día y a lo largo de aproximadamente 24 horas y media. Las personas -en teoría- deben adecuarse a estos ciclos y a estímulos externos, pudiendo sincronizarse o desincronizarse con ellos. “Todos debiéramos adaptarnos a nuevos horarios, sin embargo, hay personas a las cuales les resulta más difícil, pues tienen un cronotipo distinto como las alondras y los búhos”, explicó la Dra. Ledda Aguilera, Jefa del Centro de Medicina del Sueño del Hospital Clínico Universidad de Chile.
Las personas “alondras” están acostumbradas a despertarse y acostarse más temprano. En cambio, los “búhos” tienden a permanecer mucho más tiempo en la noche y a despertar más tarde. “Si los cambios en el ciclo circadiano son transitorios y mínimos, el organismo se puede adaptar, no obstante, cuando hay alteraciones permanentes como los turnos laborales, con cambios horarios al acostarse y al despertar, se producen impactos en la alimentación, en la vida social y familiar”, sostuvo la neuróloga.
Para la Dra. Aguilera es aquí donde el cuerpo comienza a pasar la cuenta. “Se produce falta de atención y concentración, incluso grados de torpeza motora, el paciente puede tener somnolencia en el día, con mucha dificultad para quedarse dormido, en la noche”, indicó.
La experta aclaró que dormir bien no significa dormir más y el sueño reparador es la cantidad de horas con las cuales se despierta fresco y en condiciones de enfrentar un nuevo día. “Existen personas que con cuatro o cinco horas amanecen realmente bien y otras que con doce les es imposible y siguen con somnolencia y cansadas. Por lo tanto, cada organismo tiene un tipo especial de sueño”.
Asimismo, explicó que a medida que se envejece el sueño va cambiando. “Cuando bebés el ciclo circadiano pasa de un estado a otro, rápidamente durante todo el día, en una constante vigilia-sueño. A los cinco años empieza a ajustarse y la vigilia es durante el día, en relación a la luz y al sueño en la noche. Luego tiene algunos cambios, por ejemplo, los adolescentes duermen mucho más tiempo que los adultos o la tercera edad”.
Dentro de los trastornos del sueño las consultas por insomnio llegan al 10%, precisó la Dra. Aguilera, patología que repercute en la salud física y psíquica. Existen tres tipos de insomnio: Iniciación de sueño, despertar precoz y mantención. Sus causas son múltiples, dentro de las cuales la más moderna es el estrés.
Al contrario, la hipersomnia o somnolencia diurna se manifiesta cuando la persona tiende a quedarse dormida en situaciones inoportunas, tras un sueño interrumpido a veces por cuadros como el Síndrome de Piernas Inquietas, basado en movimientos involuntarios de las extremidades inferiores, que provocan un sueño fragmentado, lleno de microdespertares.