Así lo explicaron la directora del Departamento de Enfermería, profesora Silvana Castillo, junto a la directora de la escuela respectiva, profesora Claudia Collado, señalando que “esta ha sido una fase en la que, a comienzos de año, nuevamente repensamos nuestra misión y nuestra visión, puesto que pese a que contábamos con un plan de desarrollo estratégico, éste había sido creado antes de que nos conformáramos como departamento disciplinar. De esta forma, y luego de conformar un equipo de trabajo liderado por académicas con formación en el área de gestión, revisamos nuestros sueños y objetivos para la enfermería y para nosotros como grupo humano, material y conclusiones que luego nuestra comisión sistematizó en una nueva propuesta de misión, visión y valores, que luego revisamos y validamos como departamento y como escuela”.
En jornadas posteriores, añade la profesora Castillo, y también de forma abierta y participativa, como comunidad analizaron fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas que podrían dificultar el desarrollo de su planificación, para luego establecer los objetivos estratégicos. “Y en la jornada del 26 de julio pasado mostramos cómo desde las distintas dimensiones de nuestra disciplina se pueden visualizar esos objetivos estratégicos y cómo ellos dan respuesta a la misión y visión que construimos. Además de cómo esos avances están en concordancia con los del PDI institucional, resultando en una mirada construida en común desde la enfermería, desde la facultad y en el marco de la Universidad de Chile como institución pública”.
Ahora, agrega la profesora Collado, la comisión está avanzando en la construcción de los indicadores que se establecerán para evaluar la consecución de los objetivos estratégicos propuestos, trabajo que realizan en base a las propuestas surgidas de la propia comunidad en cada uno de los ámbitos de desarrollo. Al respecto, destaca que todo este trabajo ha sido no sólo participativo sino que integrador, dado que siempre se ha considerado como un todo a la comunidad de esta unidad académica, más allá de las perspectivas de departamento o escuela. “Una de las áreas de la academia es la formación de pregrado, que tenemos fuertemente desarrollada; muchas de nuestras horas docentes se dedican a ella, por lo que es imposible separarlas o distinguirlas de otras labores. Es como hablar de disciplina o profesión, ninguno de los dos conceptos puede existir de manera separada, tiene que ver con una mirada en común; por ello tenemos muchas convergencias entre las dos direcciones y hemos encontrado la forma de potenciarlas aún más en ámbitos como la extensión o la vinculación con el medio, por ejemplo”.
Para culminar su plan de desarrollo, las docentes señalan que se encuentran en la fase de construcción de la propuesta final de objetivos estratégicos y sus correspondientes indicadores, los cuales validarán en una jornada participativa durante octubre.
Capitalizar experiencia
Por su parte, la profesora Olga Toro, directora de Planificación Estratégica de la Facultad de Medicina destaca que “este reto que asumió Enfermería les significó establecer una comisión específica y desarrollar una metodología rigurosa de trabajo, lo cual hemos apoyado en cada una de sus fases y con lo que han ido avanzando sistemáticamente en los distintos pasos de la formulación de su plan de desarrollo. La jornada del 26 de julio pasado viene a relevar y expresar toda la labor de estos meses y que desde la Dirección de Planificación felicitamos, pues hemos estado en permanente coordinación con la formulación de su plan de desarrollo y estamos a la expectativa, esperando que hayan acogido los desafíos que su disciplina y profesión tienen para esta facultad, pero también para la universidad y de manera muy importante para el país, donde como comunidad institucional concordamos en la importancia de la colaboración y en la inspiración que queremos tener hacia las políticas públicas en las materias que les compete”.
A ello, añade que alrededor del 20% de todas las unidades académicas de la Facultad de Medicina se encuentran con un plan de desarrollo vigente o en curso, “y esperamos que para el año 2018 hayamos logrado que todas hayan tenido un proceso de planificación participativa que de cuenta de dónde están sus proyectos estratégicos. Para eso consideramos que los procesos de acreditación o innovación curricular son insumos ricos para este trabajo, puesto que los PDI locales tienen dos sentidos fundamentales: contribuir en un escenario de permanente limitación de recursos, para priorizarlos de manera racional, consensuada y participativa y, por otro lado, capitalizar todas las iniciativas y las ricas experiencias que tenemos en los departamentos y que muchas veces no logramos dimensionar en la importancia y contribución que hacen; documentar hacia dónde va el proyecto estratégico de la unidad permite sacar el mejor provecho de toda esa experiencia previa”.