El pasado jueves 14 de agosto, el salón Lorenzo Sazié de nuestro Campus Norte, lucía repleto y expectante. Más de 180 estudiantes, académicos, académicas, organizaciones sociales, profesionales de la salud y autoridades universitarias se encontraron en la Jornada de Extensión 2025, titulada “Extensión y territorio: Salud, comunidad y futuro”, organizada por la Dirección de Extensión de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Un espacio que buscó repensar el rol de la extensión universitaria como herramienta de transformación y justicia social, más allá de los límites tradicionales de la academia.
La primera en tomar la palabra en su rol de anfitriona del encuentro, fue la doctora Lorena Tapia, directora de la unidad organizadora, quien subrayó la esencia de este quehacer: “La extensión universitaria no es solo un puente para transmitir conocimiento, sino un espacio de diálogo con las comunidades, que permite un aprendizaje mutuo y un compromiso social”. Para ella, el desafío no es abstracto, sino cotidiano: “En el escenario actual de crecientes demandas sanitarias, sociales y medioambientales, nuestro trabajo conjunto con organizaciones sociales y gobiernos locales se vuelve una necesidad urgente y necesaria”.
La doctora Tapia también valoró la diversidad de miradas presentes en el encuentro, recalcando que: “Este espacio es una oportunidad para inspirarnos, generar redes y proyectar acciones concretas que fortalezcan los vínculos de la facultad con los territorios a los que servimos”. Asimismo, reconoció la fuerza de la convocatoria: “Ver este salón lleno es una señal de que la extensión se está consolidando como un motor de transformación y como parte integral de la misión universitaria”. Finalmente, dejó planteado un horizonte: “Queremos estrechar lazos con los territorios y seguir construyendo una mejor salud, desde la escucha y el compromiso real con las comunidades”.
La universidad como puente
La vicerrectora de Extensión y Comunicaciones, Pilar Barba, se sumó a la reflexión, situando la extensión en el corazón de la misión de la Universidad de Chile: “Nuestra universidad ha concebido la extensión como una de sus funciones esenciales, inseparable de la docencia y la investigación”. Para ella, el sentido de este trabajo es profundo: “La extensión es ese puente que une saberes con realidad, ciencia con comunidad y aspiraciones colectivas con soluciones concretas”.
Con un recuerdo cercano, evocó la pandemia de COVID-19: “La Universidad de Chile demostró que su educación pública no es un principio abstracto, sino una práctica diaria que salva vidas”. Y añadió: “Ese puente se sostuvo gracias a la confianza del país en el compromiso de esta comunidad universitaria”.
La vicerrectora también recalcó que la extensión no es una tarea periférica, sino parte del bienestar colectivo: “Porque un país saludable es también un país con vínculos sólidos, con territorios cuidados y comunidades empoderadas”. Desde esa perspectiva, la política institucional de extensión se convierte en una herramienta transformadora: “Este modelo no solo proyecta el conocimiento hacia el entorno, sino que nutre nuestra docencia, investigación y creación con las experiencias y saberes de las comunidades”.
Al cerrar su intervención, proyectó el futuro de este trabajo: “Esta jornada es una oportunidad para imaginar cómo nuestra labor puede seguir aportando a un país más justo y solidario”.
Extensión y formación en diálogo
Durante la inauguración del evento, el decano de la Facultad de Medicina, doctor Miguel O’Ryan, recordó que la extensión no siempre fue reconocida: “Lo que antes se pensaba como el pariente pobre de la academia, hoy vemos que es parte esencial de lo que hacemos”. En sus palabras, la extensión no solo entrega conocimiento, sino que también lo recibe: “El proceso formativo de las futuras profesiones se nutre de lo que la comunidad trae hacia el interior de la universidad”.
El doctor O’Ryan resaltó la importancia de valorar el contexto actual, resaltando el potencial más allá de las dificultades: “Hoy vivimos tiempos desafiantes. Y justamente por eso, instancias como esta son fundamentales. Son desafíos que comprometen especialmente a los más jóvenes, que deberán asumir la posta de cómo llevar adelante esta sociedad”.
El decano también resaltó la herramienta principal que nos permite avanzar: “El instrumento fundamental que tenemos como sociedad es el diálogo. El diálogo fructífero es lo que nos alimentará para un mejor futuro”. Con gratitud hacia los organizadores, concluyó: “Aquí estamos fortaleciendo esa relación de diálogo, que es la mejor manera de avanzar juntos”.
Racismo y salud: el desafío pendiente
La doctora María Emilia Tijoux, académica del Departamento de Sociología de la Universidad de Chile, presentó la primera conferencia del evento, titulada: “Salud y universidad pública: Desafíos desde la migración”. Desde allí, fue clara en su posición: “El racismo es un problema grave que enferma y hasta mata; la migración no es el problema”.
Con ejemplos concretos, señaló las desigualdades: “Quienes llamamos migrantes provienen de nuestra región, mientras que a otros los llamamos extranjeros y suelen ser bienvenidos”. También denunció el impacto en la atención médica: “El acceso a la salud puede verse afectado por prejuicios y estereotipos que terminan justificando prácticas racistas”.
La doctora Tijoux explicó que las consecuencias van más allá de lo simbólico: “El racismo daña psicológicamente y expone a las personas a un estrés crónico que también enferma los cuerpos”. Y agregó: “Las lenguas racializadas, como el creole o el mapudungun, son consideradas inferiores, y eso también impacta en la atención en salud”.
Su llamado fue directo: “Si una parte de la población queda despojada del acceso a la salud, toda la comunidad corre riesgos, no solo los migrantes”. Finalmente, reconoció que, aunque la universidad pública ha avanzado, todavía queda mucho camino: “Si bien estamos haciendo esfuerzos, aún nos queda muchísimo por hacer”.
Cuidado y dignidad desde el territorio
Con una voz llena de historia y experiencia, la hermana Karoline Mayer, enfermera y fundadora de la Fundación Cristo Vive, compartió su trayectoria en la charla “Cuidado, dignidad y salud: Experiencia comunitaria desde el territorio”. En ella, recordó sus años de formación: “En la Universidad de Chile confluyen todo tipo de personas, todos con el propósito de servir al país”.
Desde allí, defendió la importancia de mirar la realidad de frente: “En la universidad aprendimos que salir al territorio es indispensable para conocer las necesidades de la gente y responder a ellas. Así es como descubrí que mi vocación es servir a los pobres, porque ahí encontré la verdadera dignidad del cuidado”.
La hermana Mayer relató cómo los voluntariados estudiantiles siempre han sido un apoyo clave: “Jamás hemos dejado de contar con estudiantes y médicos de la Universidad de Chile que se integran a nuestro trabajo comunitario”. Y resaltó que “gracias a la Universidad de Chile pasamos de ser un pequeño consultorio a transformarnos en el CESFAM Cristo Vive, que hoy atiende a más de 26 mil personas, incluyendo a quienes no tienen carnet”.
Su reflexión final fue contundente: “En la medicina, una de las cosas más importantes es construir confianza. Eso queremos: un país sano, con gente que confíe”.
Tras las ponencias de las invitadas, la Jornada de Extensión 2025 continuó con un conversatorio moderado por la doctora Lorena Tapia, seguido de una muestra de posters e iniciativas de extensión presentadas por las y los participantes. Posteriormente, se realizaron mesas de trabajo interdisciplinario y, finalmente, un plenario de conclusiones, en el que se reafirmó la convicción de que la salud, la universidad pública y los territorios deben avanzar de la mano.
Entre el compromiso institucional, la reflexión crítica y las experiencias comunitarias, quedó de manifiesto que la extensión es un espacio de construcción colectiva y de futuro compartido. Como resumió la doctora Lorena Tapia al despedir el encuentro: “Ojalá esta jornada nos inspire a seguir creando preguntas, ideas y compromisos que fortalezcan nuestros vínculos con los territorios y nos permitan construir una salud más justa para todas y todos”.