El encuentro fue organizado por la Sociedad Latinoamericana de Anestesia Regional, LASRA, como parte de un programa participativo internacional donde mensualmente cada país integrante expone de manera virtual un tema relevante en la especialidad. En la mencionada actividad el doctor Julián Aliste, profesor asistente del departamento académico y presidente tanto de LASRA Chile como del Comité de Anestesia Regional de la Sociedad Chilena de Anestesiología, CARSACH, introdujo y moderó el seminario en el que el doctor Sebastián Layera, también docente de la misma unidad, dio a conocer el trabajo científico y asistencial realizado por el equipo de anestesia regional que ambos integran junto a los doctores Daniela Bravo y Diego Fernández en el HCUCH.
El trabajo desarrollado por este equipo se ha basado en la búsqueda de alternativas en anestesia regional que permitan optimizar y balancear los efectos analgésicos de bloqueos de nervios periféricos y sus posibles resultados adversos, como son principalmente aquellos secundarios al bloqueo motor que podrían dificultar una recuperación acelerada del paciente y su pronto retorno a la funcionalidad, que permita su rehabilitación precoz. Así, estas líneas de investigación se han centrado en bloqueos para cirugía ortopédica mayor de hombro, cadera y rodilla.
“Esto ha sido muy importante, sobre todo en los últimos años, que se ha visto un aumento progresivo en el número de cirugías ortopédicas, sobre todo asociadas al envejecimiento poblacional. En el mundo, se prevé que la cirugía protésica –sobre todo en rodilla y cadera- puede llegar a triplicarse en los próximos 10 a 20 años, y eso es especialmente complejo si se toma en cuenta que son intervenciones que demandan muchos días de hospitalización, lo que es una de las grandes limitantes del sistema de salud”, explica el doctor Aliste. Por ello, añade, “lo que se ha venido haciendo a nivel internacional es tratar de generar estadías hospitalarias lo más cortas posibles, ojalá ambulatorias, y la cirugía ortopédica mayor no ha quedado fuera de esa tendencia. Lo que se ha visto en diferentes protocolos es que una adecuada analgesia es un pilar fundamental para lograr que el paciente pueda rehabilitarse precozmente y recuperar su funcionalidad, lo que no solo impacta en términos de calidad de vida si no que también permite un recambio más rápido en términos de uso de camas hospitalarias y así ir solucionando listas de espera de manera más eficiente, además de alcanzar a más pacientes con estos resultados”.
En ese sentido, los avances en bloqueos regionales –anestesia o analgesia local- son la base de la línea de investigación de este grupo académico. “Son técnicas en que se ubica mediante ecografía estructuras nerviosas para infiltrarlas con anestésicos locales; dependiendo de la duración e intensidad que uno prevé que va a ser el dolor post operatorio asociado a la envergadura de la cirugía, se puede determinar si se inyectan dosis únicas, que tienden a durar menos de 24 horas, o se puede instalar un catéter para poder infundir anestésicos manteniendo un grado de analgesia más duradero”.
El problema de estos bloqueos regionales, agrega, “es que muchas veces, a la vez que inhiben la parte sensitiva de los nervios, también obstaculizan la transmisión motriz, lo que puede dificultar la rehabilitación, dependiendo de qué nervios se están bloqueando y de qué estructuras son las que inervan. Por ejemplo, en la cirugía de extremidad inferior es mucho más impactante el efecto en el retardo de la movilización; sin embargo, al mismo tiempo se sabe que si el dolor es muy severo también va a impedir una rehabilitación rápida. En esa línea hemos estado trabajando, en la posibilidad de encontrar técnicas que equilibren lo mejor posible una adecuada analgesia con un mínimo bloqueo de la parte motor”.
En cuanto a sus resultados, el doctor Aliste añade que “hasta el momento hemos avanzado bastante bien; donde más tenemos experiencia es en la cirugía de cadera, donde desde el año 2015 a la fecha hemos ido evolucionando de manera relativamente rápida desde la clásica analgesia epidural –que es la misma que se ocupa para los trabajos de parto, pero también en cirugía de extremidad inferior-, a bloqueos más específicos, enfocados primero sólo en la pierna que se opera, luego con técnicas que preservan mejor la fuerza porque no paralizan toda la extremidad sino la zona perioperatoria propiamente tal, y hoy estamos diseñando protocolos de estudio que están yendo a los nervios que inervan casi exclusivamente la articulación, que es donde se presenta la mayor cantidad de trabajo en la cirugía y donde está la mayor carga de dolor postoperatorio. No ha sido fácil, porque se requiere de mucha investigación y trabajo en equipo, pero hasta el momento tenemos resultados muy buenos y que se demuestran con la evolución de nuestros pacientes. En una labor conjunta con traumatólogos y kinesiólogos hemos acortado los tiempos de hospitalización, aumentando los casos de rehabilitación precoz; y estamos diseñando protocolos específicos que permitan, probablemente ya en la misma unidad de recuperación de anestesia luego de una cirugía, poder empezar con kinesiterapia, levantando al paciente y haciéndolo caminar el mismo día que se opera para, en un futuro próximo, tenerlo hospitalizado no más de un día”.
Y esa alta precoz, añade, será de gran relevancia no sólo porque comparativamente “hace una década estos pacientes estaban hospitalizados una semana, ahora logramos que estén sólo dos o tres días; pensamos que si seguimos en esta línea podríamos acortarlo a un día o menos. Esto representará no sólo menores costos para la persona y para el hospital, sino que se aumenta número de camas disponibles; si se piensa que estas cirugías se van a triplicar de aquí a 20 años, en ese sentido es un avance que está muy alineado con las políticas de salud pública y de mejorar la oportunidad de acceso a la atención de salud manteniendo los costos a raya”.
¿Cómo ha sido la preparación de este equipo en el HCUCH?
La primera etapa fue diseñar el mismo fellowship que yo recibí en anestesia regional en la Universidad de McGill en Montreal, Canadá. Así desde el 2017, y gracias al apoyo del hospital, del departamento y del Servicio de Anestesiología fue posible empezar a formar colegas con un programa similar, con quienes hemos ido integrando un equipo que ha permitido tener más protocolizadas nuestras técnicas, lo que ha impactado en la confianza que se transmite entre los cirujanos en términos de que las propuestas que les hacemos son confiables, replicables y contrastables con los resultados. A medida que fuimos desarrollando la disciplina, avanzamos en distintos proyectos, con el respaldo de la Oficina de Apoyo a la investigación Clínica del HCUCH y la aprobación del respectivo Comité de Ética, para participar en algunos concursos donde hemos obtenido fondos de la Sociedad Chilena de Anestesiología. Así es como pretendemos seguir avanzando; en estos momentos uno de nuestros colegas se está formando en el mismo centro de Canadá al que fui yo, desarrollando algunas líneas de formación que van a aportar más al grupo y a los pacientes. Además, ya estamos en condiciones de ofrecer el ofrecer este programa de perfeccionamiento a interesados de todo el país y así, si la pandemia lo permite, el 2021 tendremos dos alumnos de otros centros perfeccionándose e investigando con nosotros, y desde ya hay interesados para los cupos del 2022.