La profesora Verónica Aliaga, actual directora del Departamento de Kinesiología de nuestra facultad, ingresó a estudiar Kinesiología a la Universidad de Chile en el año 1988, y se tituló formalmente en enero del año 1992: “Llevo 32 años ejerciendo mi profesión, y sí, siempre quise ser kinesióloga. Cuando salí del colegio, no me alcanzó el puntaje para entrar a kinesiología la primera vez que di la prueba. En ese tiempo era mucho más difícil entrar porque, en el país, solo cuatro universidades dictaban la carrera, y en Santiago, solo la Universidad de Chile, entonces los puntajes de admisión eran súper altos”, mencionó.
A pesar de no haber logrado ingresar en su primer intento, la académica y magíster en Bioética, no desistió ante su vocación: “Decidí ingresar de todas formas a una carrera del área de la salud, así que estudié tecnología médica durante un año, acá mismo en nuestra facultad. Luego volví a dar la prueba de aptitud académica, y ahí sí logré obtener el puntaje necesario para estudiar kinesiología”, contó la profesora.
Desde sus años de colegio, la profesora Aliaga siempre tuvo claro que quería convertirse en profesional de la salud: “Desde muy temprana edad quise dedicarme a este ámbito. Pero supe que quería ser kinesióloga cuando me di cuenta de que, a diferencia de otras carreras donde el contacto con el paciente es muy puntual, la kinesiología permite establecer una relación terapéutica más profunda y prolongada con los pacientes. Conocer cuáles son sus problemas, su contexto, para así entender qué situación lo llevó a tener un problema de salud, y cómo solucionarlo”, señaló.
Antes de dedicarse a la academia, sus primeros años como kinesióloga estuvieron exclusivamente dedicados a la atención clínica: “Estuve alrededor de 10 años trabajando en el ámbito privado, en el área de kinesiología músculo-esquelética. Después de eso, trabajé durante 5 años en el Instituto Nacional del Cáncer, específicamente en rehabilitación de pacientes oncológicos adultos. Paralelamente, comencé a indagar en la docencia, para luego, tiempo después, dejar la clínica y dedicarme por completo al ámbito académico”, expresó.
¿Qué es lo que hace especial a la kinesiología?
En palabras de la directora, “nosotros pertenecemos a ese grupo de carreras de la salud que se dedican específicamente a la rehabilitación. En esa categoría están las carreras de fonoaudiología, terapia ocupacional y kinesiología”, señaló.
En particular, “los kinesiólogos nos dedicamos a la rehabilitación física, entendiéndola como un proceso integral y multiprofesional, y tenemos como interés particular la funcionalidad desde el movimiento, específicamente, restablecer la funcionalidad física de la persona, de manera de acercarlo lo más posible a sus capacidades iniciales previas al evento de salud”, recalcó la profesora Aliaga.
Como tal, la kinesiología “es una profesión que, además de procurar el alivio del dolor, la recuperación de la funcionalidad, la reinserción social, laboral, etc., tiene un rol de acompañamiento del paciente y de su familia. Entonces, la atención kinesiológica incluye intrínsecamente un rol social y psicosocial, y creo que esa es una de las cosas que me sigue enamorando de mi profesión”, expresó.
¿Cuáles son los principales desafíos para la profesión?
La profesora Aliaga cree que actualmente existen dos grandes desafíos para la kinesiología: “Uno de ellos es la formación de pregrado. La kinesiología ha sido una de las carreras que, en los últimos 20 años, ha sido fuertemente golpeada por la explosión de escuelas de esta profesión a lo largo del país, como víctima de la desregularización de la educación superior. Esto ha producido una sobrepoblación de profesionales provenientes de escuela cuya calidad es bastante discutible”.
Como consecuencia de lo anterior, “la empleabilidad de los kinesiólogos ha sido sumamente impactada, dada que la cantidad de kinesiólogos que actualmente se están titulando es demasiada para la cantidad de empleos que se ofrece. Así que uno de los mayores desafíos es conseguir que esto se regule”, señaló la profesora Verónica Aliaga.
Por otra parte, “el segundo desafío para el crecimiento de la profesión, y que en particular nuestra universidad ha acogido de manera importante, es el desarrollo formal de las especialidades en kinesiología”, mencionó la directora.
Al respecto, señaló que “habemos muchos profesionales de la kinesiología que, de facto, en la práctica nos hemos ido por ciertas áreas determinadas, como respiratorio, músculo-esquelético, oncológico, entre varias otras, lo que se ha ido perfeccionando en la clínica misma. Pero formalmente no existen, o existen solo un par de programas de formación de especialistas”.
En la opinión de la profesora Aliaga: “Yo creo que este es un desafío importante para la profesión, ya que las necesidades de salud de nuestra población en este momento, demandan personas que sean especializadas en determinadas áreas para así lograr una atención más efectiva”.
¿Cómo ha sido ser directora del Departamento de Kinesiología?
Ser directora del departamento “es una responsabilidad que, a mi parecer, todos los que son parte de este tipo de organismos académicos en algún momento deberían estar disponibles para asumir”, afirmó la profesora Verónica Aliaga, esto porque “a pesar de que es una labor compleja, y que muchas personas la encuentran demasiado difícil e ingrata, no deja de ser un honor”, señaló.
Al respecto, añadió que también “es un reconocimiento enorme, porque en nuestra universidad, los cambios de dirección son elegidos, es decir, tus pares votan por ti, entonces eso también demuestra que hay confianza en tus capacidades y en lo que uno puede hacer por la unidad a la que pertenece”, aseguró.
Asimismo, recalcó que “en general, los cargos de dirección tienen espacios muy positivos y satisfactorios para el crecimiento tanto profesional como personal, porque, cuando logras sacar adelante un proyecto, y ves los resultados asociados, así como los logros obtenidos para tu unidad y para tus compañeros, se convierte en un logro para ti también”.
Lo anterior, sin desmedro de que, “ser directora implica una carga laboral importante, y requiere de toma de decisiones que, muchas veces, son complejas, porque no hay que olvidar que estás siendo director o directora de uno de los departamentos de kinesiología más respetados del país, entonces también hay un espacio de orgullo asociado a ello”, aseveró.
¿Cómo es hacer clases en la Facultad de Medicina?
“A mí me encanta hacer clases, me encanta estar en contacto con gente joven. Creo que, en el caso de pregrado, aparte del granito de arena que uno puede entregar en la formación de nuevos profesionales, uno también recibe mucho de vuelta al ver a la juventud entusiasmada, comprometida, y a estudiantes con mucha vocación”, dijo.
En el caso del postgrado, “si bien la pega es más exigente, eso hace que tengas que ponerle mucho rigor a la formación, lo cual te hace mantenerte siempre estudiando, y al día con lo último para así lograr hacer la mejor clase y poder formar a los mejores profesionales”, mencionó.
Actualmente, la profesora Verónica Aliaga dicta los cursos de pregrado: Fundamentos de la Investigación Científica; Ejecución de Proyectos de Investigación y Responsabilidad del Ejercicio Profesional. Mientras que, en postgrado, realiza clases de Metodologías Cualitativas de Investigación, y Bioética de la Investigación.
¿Qué es lo que más le gusta de la Universidad de Chile?
“Me gusta que es una institución pública. Siento que las instituciones públicas son la forma de hacer patria, y nuestra institución justamente tiene esa misión. La Universidad de Chile está convencida de que tiene un rol social activo, y una responsabilidad para con el país, con la población de Chile, con las necesidades de las personas, y yo siento eso, y me alineo con esa misión”, respondió convencida la profesora Verónica Aliaga.
Sobre lo mismo, añadió que “yo creo que todos los que trabajamos acá, tanto en la Facultad de Medicina como en la Universidad de Chile, somos convencidos de que estamos contribuyendo al desarrollo de nuestro país a través de una institución pública que se siente orgullosa de serlo”, afirmó.
Un saludo para los kinesiólogos y kinesiólogas en su día
La profesora Verónica Aliaga mencionó: “Para todos los colegas, me gusta hacer notar que el origen de la celebración de este día es un origen gremial. El día del kinesiólogo se celebra el 6 de mayo en nuestro país, porque el decreto que crea el Colegio de Kinesiólogos de Chile, tiene como fecha el 6 de mayo de 1969”.
Entonces, “me gusta retomar ese evento, pero además darle ese contexto, entendiendo que es un día que hace notar que cualquier avance en la profesión, ya sea de tipo político, académico o científico, se logra solamente si es que habemos personas unidas, en este caso kinesiólogos y kinesiólogas, luchando y remando para el mismo lado. No hay ningún logro, en ninguna profesión, que se lo pueda adjudicar una sola persona. Siempre son grupos de personas, que están sumamente comprometidas con su profesión, que están motivadas, y que están dispuestas a dar, muchas veces, de su tiempo y recursos personales y familiares, en pro de un logro para la profesión”, afirmó.
En ese sentido, declaró que “cada vez que se acerca el día del kinesiólogo, trato de hacer esa reflexión. Hago el llamado a recordar por qué celebramos este día, y lo importante que es mantenerse vinculados, relacionados y agrupados, para poder generar logros en el ámbito de la profesión. Cualquier cosa que quieras lograr, pequeña, mediana o grande, tiene que ser acompañada de gente con motivación, y que tenga amor y pasión por la kinesiología”, finalizó.