Este nombramiento constituye un hito para la región, señala el académico Óscar Jerez Yáñez, Phd, ya que por primera vez América Latina y el Caribe contarán con representación formal en esta sociedad académica internacional, considerada la organización más influyente a nivel global en el ámbito de la innovación y la investigación para la mejora de la educación superior.
“Este es el resultado de un trabajo sostenido durante casi dos décadas, impulsando la instalación del enfoque académico de la docencia —el Scholarship of Teaching and Learning (SoTL)— en América Latina”, explica el profesor Jerez. Añade que este esfuerzo ha sido posible gracias al impulso de iniciativas tales como el trabajo internacional en la materia y la Red y Sociedad de Latinoamericana y del Caribe de SoTL (LatinSoTL), agrupando a académicos e instituciones comprometidas con el desarrollo de la docencia basada en evidencia y la innovación.
“Hasta este año, la ISSOTL no tenía representación latinoamericana en su estructura directiva. La creación de este espacio regional y la elección de su primer vicepresidente latinoamericano —un proceso democrático basado en propuestas de candidaturas realizada por terceros— representan una validación del camino recorrido. Ser elegido es un reconocimiento al trabajo desarrollado a nivel internacional, y en particular, a la labor de nuestra Facultad de Medicina, que se ha posicionado como un referente en innovación educativa y desarrollo académico docente en carreras de la salud”, enfatiza.
Desde el Sur Global: un enfoque con identidad propia
El profesor Jerez subraya la relevancia de aportar una mirada desde el Sur Global, destacando la manera en que América Latina ha integrado de forma distintiva la vinculación con el medio en los procesos de formación. “Nuestro enfoque incorpora de forma natural la colaboración con organizaciones sociales, comunitarias, sanitarias y educativas. Esta interacción cotidiana con el entorno —a través de cursos, prácticas profesionales y campus clínicos— genera una retroalimentación rica y única que enriquece la docencia y la convierte en una experiencia situada y transformadora”, señala.
Además, destaca como fortalezas institucionales de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile la existencia de un Departamento de Educación en Ciencias de la Salud —estructura poco común en la región—, el impulso de procesos de innovación pedagógica centrados en el aprendizaje y el compromiso activo de docentes y estudiantes en la mejora continua de la enseñanza.
Desafíos para la región
En su nuevo rol como vicepresidente regional de ISSOTL, el profesor Óscar Jerez asume una serie de desafíos estratégicos que buscan consolidar y proyectar el desarrollo académico de la docencia en América Latina y el Caribe. Uno de los principales retos que identifica es la incorporación de la innovación e investigación en docencia como un criterio en los procesos de acreditación institucional a nivel continental, tal como se logró en Chile durante su participación en el Comité de Acreditación Institucional en la Comisión Nacional de Acreditación (CNA). Este avance permitiría que la calidad de la enseñanza universitaria se evalúe no solo por sus resultados, sino también por su capacidad de transformarse a través de la evidencia y la reflexión sistemática sobre las prácticas pedagógicas.
Otro eje prioritario es el fortalecimiento de las capacidades docentes mediante la implementación de programas de formación continua, tales como diplomas y microcredenciales, orientados a la promoción de buenas prácticas y a la consolidación de una cultura institucional basada en el Scholarship of Teaching and Learning (SoTL). Estas acciones buscan instalar capacidades sostenibles entre los académicos y promover una docencia más crítica, reflexiva e innovadora.
Asimismo, el profesor Jerez destaca la necesidad de articular con mayor fuerza las redes regionales, superando las barreras geográficas que aún dificultan el trabajo colaborativo. En este sentido, subraya que, “pese a la cercanía cultural y social entre los países latinoamericanos, la distancia física —particularmente en el caso de Chile— muchas veces impide avanzar al ritmo deseado. Fortalecer la cooperación interinstitucional en la región permitiría enfrentar de manera conjunta los desafíos compartidos y aprovechar sinergias para el desarrollo académico”.
En paralelo, considera fundamental “instalar una cultura de la innovación docente en las instituciones de educación superior, entendida como una práctica sistemática y cotidiana que fomente la mejora continua de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Esta transformación requiere no solo cambios metodológicos en el aula, el laboratorio o el entorno clínico, sino también un compromiso institucional con la calidad formativa”.
Finalmente, enfatiza la urgencia de impulsar la producción de conocimiento disciplinar en el ámbito de la educación en profesiones de la salud, pues, aunque se han registrado avances significativos, reconoce que aún existen importantes brechas en la región. “Fomentar la investigación colaborativa, fortalecer las redes de trabajo y aumentar la visibilidad de la producción científica en este campo son tareas clave para consolidar una comunidad académica robusta y contextualizada”.
“Todavía estamos al debe en muchas áreas —concluye—, pero hay una energía creciente por desarrollar investigación colaborativa y transformar la docencia universitaria desde nuestras propias realidades”.